Un equipo de galenos especializados en patología forense completó la autopsia al cuerpo del exlíder de Libia y confirmó que el deceso se debió a las heridas sufridas por un tiro en la cabeza, pero sin aclarar si fue víctima de fuego cruzado o una ejecución sumaria a quemarropa.
Imágenes tomadas con teléfonos móviles por sus propios captores mostraron a El Gadafi vivo cuando fue capturado, forcejeando con hombres armados que lo abofeteaban, luego apareció tocándose la parte izquierda de su rostro ensangrentado y después, tendido en un vehículo.
El examen del cadáver, en el que no participaron forenses independientes o extranjeros, será remitido a la oficina del Fiscal General antes de ser difundido completamente, indicó el jefe del grupo médico, Othman El-Zentani.
Sin embargo, El-Zentani explicó a periodistas que la autopsia se practicó a El Gadafi, su hijo Muatassim y el exministro de Defensa Abu Bakr Yunis (todos abatidos el mismo día) en un hospital de la localidad de Misratah en presencia de funcionarios de la fiscalía.
