martes, 1 de noviembre de 2011

Fidel ¡El cazador cazado!

Quedó listo el expediente.

Van por él.

La embestida federal –luego de la integración ministerial sobre presuntos vínculos con la delincuencia y manejo irregular de recursos públicos- está por darse en el marco de una localizada guerra sucia contra destacados personajes del priismo.

Uno de ellos, Fidel Herrera Beltrán.

Después de los señalamientos de la PGR y la propia presidencia de la república en voz de su jefe máximo, Felipe Calderón, sobre temas de secuestro y nexos con el crimen organizado, se prepara el golpe final que busca enchiquerar al máximo dirigente priista Humberto Moreira y al exgobernador de Veracruz Fidel Herrera.

Informaciones de primera mano y testimoniales, así como los avances contra el “ex” de Veracruz, orquestados desde el DF en las últimas semanas, incluida la escalda mediática nacional desatada en su contra, prevén una inminente acción de carácter judicial contra el controvertido personaje.

La escalada se inició tras infortunadas declaraciones del exgobernador de Nuevo León, Sócrates Risso, sobre supuestos acuerdos de los gobiernos federales priistas con las mafias de la droga.

El siguiente paso se dio tras sorpresivos encarcelamientos. El de Carlos Hank Rohn, hijo del poderosísimo profesor Carlos Hank González, y la también abrupta detención de Pablo Salazar Mendiguchía, ex gobernador de Chiapas, el 11 de julio pasado, por delitos de peculado, ejercicio indebido del servicio público, abuso de funciones públicas, abuso de autoridad y asociación delictuosa.

Se habla de una monstruosa danza de millones en Chiapas, en el 2009 tras el paso del huracán “Stan”, donde se gastaron 11 mil millones de pesos para la reconstrucción de la entidad.

Lo de Salazar Mendiguchía ha puesto a temblar a varios exgobernadores como Humberto Moreira, Ulises Ruíz, Mario Marín y Fidel Herrera Beltrán, quienes dejan cuantiosos adeudos a Coahuila, Oaxaca, Puebla y Veracruz.

De paso los inodan –es el caso Fidel- con el crimen organizado.

Sería en un informativo que conduce Carmen Aristegui, en donde el propio Fidel Herrera se pone de pechito al reconocer haber pagado con su administración más de 20 secuestros con dinero público y en paralelo acusar a su enemigo de toda la vida Miguel Ángel Yunes Linares, de estar detrás del video de los “Mata Zetas”.

La comunicadora presentó la grabación de una entrevista que el ex gobernador ofreció a otro medio de comunicación donde expone que “esa estrategia de diseñar un mecanismo para asociarme al crimen organizado y decir que los secuestros los propiciaba el mismo gobernador cayó por su propio peso porque a cada abducción yo estaba con los familiares y logramos todos los rescates en vida (...), el gobierno creó un fondo de víctimas para del delito y pagábamos todos los rescates”.

Días antes, en el espacio de Aristegui, el panista Miguel Ángel Yunes Linares acusó a Herrera Beltrán de ser el líder de una de las bandas de secuestradores que operaban en Veracruz.



Manifestó que los delincuentes recomendaban a los familiares de los plagiados que se presentaran con Herrera Beltrán en lugar de denunciar.



“Sólo bastaba una llamada del entonces gobernador para que los secuestrados fueran liberados, con la condición de que no hicieran público el secuestro y comentaran que habían estado de vacaciones”.



Herrera Beltrán negó las versiones de Yunes y manifestó que existía un fondo de 8 millones de pesos destinado al apoyo a víctimas del delito con el cual se pagaron los rescates.



El ex gobernador aclaró que el pago de rescates era parte de una estrategia que buscaba aprender a los delincuentes mediante la entrega de dinero marcado.



Herrera Beltrán también negó las acusaciones de enriquecimiento ilícito hechas por el ex director general del ISSSTE, a quien acusó de iniciar una campaña de desprestigio y odio en su contra.



La evidencia de esto, acusó Herrera Beltrán, es un supuesto documento encontrado en un taxi donde Yunes Linares describe su estrategia de desprestigio en contra del ex gobernador.



Incluso señaló que “esa persona” (Yunes Linares) es el autor intelectual del video donde aparecen presuntos miembros del grupo “Mata Zetas” señalando que es Herrera Beltrán el líder máximo del grupo delictivo que persiguen (Zeta 1).



Al finalizar la entrevista radiofónica la periodista presentó una nueva grabación donde se escucha al entonces gobernador reprochar a la entonces titular de Protección Civil, Silvia Domínguez, la entrega de láminas a alcaldes panistas durante las campañas de 2010.



La voz que Herrera Beltrán no negó era la propia, decía que no se enviaran recursos a los municipios gobernados por el PAN pues los alcaldes de éstos los usaban para beneficiar a sus candidatos. No obstante, el ex gobernador veracruzano dijo que el audio había sido manipulado y que las conversaciones estaban sacadas de contexto.



Así pues, el 14 de octubre, el propio presidente Felipe Calderón, retoma el asunto para evidenciar a Fidel, al señalar que Veracruz “se dejó en manos del crimen organizado”.



“Nos decían que había secuestros y hace unos días escuché del exgobernador (Fidel Herrera) decir que el gobierno había pagado 16 (sic) lo cual es muy loable de su parte, o sea, que sí había secuestrados”, agregó Calderón.



Para rematar:



“Yo no creo que había víctimas, solo las desaparecían”.



Criticó asimismo el actuar gubernamental cuya entidad fue entregada a los “Zetas”. Y es que el gobierno (de Fidel) escondió cifras sobre secuestro “situación que el organismo de seguridad de Naciones Unidas señaló a Veracruz entre las 5 entidades que dieron información incorrecta”.



¿Qué lectura arroja pues tal señalamiento en voz del jefe del ejecutivo federal?



Pues ni más ni menos que una línea política que impone un seguimiento judicial a la vieja usanza del “caiga quien caiga”, del PRI, por supuesto.



Es interés patológico –dice Otto Granaados Roldán que es genético- de Felipe Calderón de meter ruido a Veracruz, por la importancia electoral que representa para el regreso del PRI a Los Pinos.



De ahí que nada casual resulta que en días pasados irrumpiera de nuevo Miguel Angel Yunes Linares en el solar veracruzano.



El pasado lunes 24 de octubre este controvertido personaje declaró que “Ha llegado el momento: he decidido regresar a hacer política en Veracruz, política de análisis, propositiva, pero también de crítica y demanda”.

“Por eso ya no me moveré de Veracruz, aquí estaré de tiempo completo, cerca de los veracruzanos, pendiente de lo que suceda en nuestro Estado para poder participar desde mi condición de ciudadano libre en la reconstrucción de Veracruz”.

“Que nadie tenga duda, la lucha sigue”, dijo Yunes Linares.

Parece guerrillero.

La realidad, sin embargo, es que eso de que viene como “ciudadano” es puro cuento. Viene por encomienda de Felipe Calderón a posicionar al candidato presidencial Ernesto Cordero. Viene por el arrebato del sufragio. Viene a encabezar la guerra sucia contra el PRI.

Viene por la cabeza de Fidel.

Fidel, en tanto, como experimentado político que es habrá de revolverse para librarse de la atadura que eventualmente lo ponga tras las rejas. La tarea, sin embargo, no es fácil. En Veracruz dejó huellas de elefante que son difíciles de borrar.

La clase política, la tradicional, está molesta por la persecución que fue objeto en su mandato y la clase política del relevo no acaba de digerir tanto desorden administrativo e irregularidades financieras que ya mismo escapan al control estatal ya que involucran fondos federales, las llamadas participaciones, así como recursos financieros del Foden destinados a otros objetivos, tal como se asienta líneas arriba.

Fidel Herrera cosecha lo que sembró.

En Veracruz se ha quedado solo producto de tanto desatino, tanto abuso de poder, el encarar al presidente Felipe Calderón, el dirimir un pleito personal con Miguel Angel Yunes hasta convertirlo en problema de Estado, el tentalear ¿acaso involucrarse? en temas de la delincuencia organizada, en renegar su propio pasado y a importantes artífices de Veracruz, como Alemán y Gutiérrez Barrios… y a que se enriqueció de manera desmesurada.

Son muchos los frentes que tiene abiertos.

Y muy seguramente muchas las explicaciones que tiene que dar a la justicia federal que, ya se ve, le trae ganas.

Tiempo al tiempo.

*Premio Nacional de Periodismo